Después de casi cuatro décadas en los cielos, Aeromar se derrumbó después de años de problemas financieros. La aerolínea mexicana más antigua de México se encontró en un callejón sin salida acosada por más de 4,000 millones de pesos en deudas tanto con el fisco como con el aeropuerto capitalino por servicios aeronáuticos y uso de hangares y costos de combustible y obligaciones laborales. En un escueto comunicado, la aerolínea reconoció este miércoles que a pesar de sus esfuerzos, sus acciones fueron insuficientes para hacer frente a la crisis financiera de la compañía.
El cierre de Aeromar —una aerolínea de nicho enfocada en vuelos regionales con pocos pasajeros— se suma a las cinco aerolíneas en México que en los últimos 16 años han aterrizado repentinamente sin retorno por falta de capital. Detrás de los nombres de Azteca Airlines (2007); Alma de América (2008); Aviacsa (2009); Mexicana (2010) y más recientemente Interjet (2020), hay un plan de negocios fallido, un colapso financiero y al final miles de personas desempleadas.
Para Fernando Gómez Suárez, analista aeronáutico, el aumento del costo del jet fuel y los servicios aeroportuarios, la dolarización de la economía aeronáutica y la pandemia han jugado en contra de estas empresas y han sumido al sector en su conjunto en una crisis. Si bien el especialista advierte que cada empresa tiene una historia interna de mal manejo y administración, también se puede observar una falta de vigilancia por parte de las autoridades para evitar este tipo de desastres antes de que lleguen a su punto máximo, ante el cierre inminente. .
Los especialistas coinciden en que no existe una política aeronáutica que vigile a las empresas para evitar que las aerolíneas lleguen al punto de la quiebra. “Aeromar es el reflejo de una serie de incumplimientos en los que se dejaron caer porque hay una permisividad de parte de la autoridad, al no haber detectado a tiempo que algo andaba mal con esa aerolínea”, dice Gómez Suárez.
El especialista en derecho aeronáutico de la UNAM, Rogelio Rodríguez, destaca que el gobierno federal otorga a las aerolíneas la concesión de un servicio público y es obligación de las autoridades asegurarse de que sus concesionarios mantengan su capacidad económica para operar. “Las empresas se pueden deteriorar y hay empresarios que se dan cuenta que no hay autoridad y pasa lo que acaba de pasar con Aeromar y pasa lo que pasó con Interjet y tenemos ambientes que quedan a nuestra discreción. Esto pasa desde el Gobierno de Ernesto Zedillo, es una inercia que no se hace, porque la autoridad aeronáutica no juega su rol de fiscalización”, zanja.
Rodríguez menciona que con la salida del mercado de Interjet, en 2020, las perspectivas de negocio de Aeromar deberían haber mejorado, sin embargo, la aerolínea lejos de aprovechar esta coyuntura, se debilitó aún más. “En el caso de México, la recuperación pospandemia fue una de las más altas del mundo, entonces no le asignaría un tema específico a la pandemia, hay más modelos de negocios para cada empresa”, precisó.
En las últimas tres décadas, las malas decisiones tras bambalinas de Mexicana de Aviación, Gastón Azcárraga, Interjet, presidida por Miguel Alemán Magnani y Aeromar, de Zvi Katz, han provocado una estrepitosa caída que ha dejado varados y sumidos en la incertidumbre a miles de viajeros. a toda su plantilla.
México, un país que tiene una infraestructura de 107 aeropuertos, una infraestructura que ahora se percibe más vacía, con menos aviones para acomodar.
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