Andrés Roemer ha interpuesto una demanda civil contra una de las cinco víctimas que lo acusan de probables delitos de violación, al considerar que esto ha dañado su honor y patrimonio al referirse a él como agresor sexual en sus redes sociales. El escritor ha utilizado la Ley de Responsabilidad Civil para la Protección del Derecho a la Vida Privada contra un periodista, argumentando “abuso del derecho a la libertad de expresión e información”. En realidad, la demanda, que está a la espera de un fallo en el juzgado civil 51 de la Ciudad de México, fue interpuesta en agosto de 2022 por uno de sus abogados a través de un poder notarial, ya que el comunicador se encuentra refugiado en Israel, razón por la cual el juicio por la violación se detiene en los tribunales por defecto. Hay cinco órdenes de captura en su contra, pero Israel y México no tienen tratado de extradición, por lo que este proceso podría quedar detenido por años o para siempre.
El escándalo estalló en febrero de 2021, cuando la periodista, que ahora enfrenta esta demanda, expresó públicamente su propio testimonio sobre los hechos. No fue la única de los suyos, otras mujeres, entre ellas ella, lo acusaron después en la Fiscalía por el mismo delito y decenas de ellas, más de 60, denunciaron en las redes sociales otros abusos sexuales presuntamente cometidos por el acusado. Todos siguieron el mismo patrón de comportamiento. Roemer, un hombre de poder y fama, ofreció a las mujeres jóvenes trabajos bien pagados o mejores puestos que los que tenían. Luego se reuniría con ellos a solas en el bien equipado sótano de su casa, donde iniciaría el acercamiento. Así lo denunciaron muchos de ellos. La Ciudad de las Ideas, un festival en Puebla para atraer talento, fue uno de los escenarios donde realizó sus conquistas. La cantidad de mujeres que aseguraban ser víctimas de Roemer y su influencia no dejaba de crecer, por lo que se le describió como el Weinstein mexicano, por su similitud con el cineasta estadounidense y el famoso movimiento Me Too.
De entre todas las víctimas que lo han denunciado ante la Fiscalía, Roemer ha elegido al periodista para presentar su denuncia a través de la vía civil, acudiendo a la figura del daño moral recogida en este ordenamiento jurídico. También está amparado por otra legislación en la Ciudad de México, que regula el daño a la propiedad ya la propia imagen, la cual fue establecida para proteger a las personas de la vulneración que pudiera resultar del trabajo periodístico sin pruebas. Curiosamente, el camino elegido por Roemer hace que, en la práctica, cualquier mujer pueda denunciar estos casos en sus redes sociales, pero no una periodista. Sin embargo, otras mujeres famosas y de gran influencia en las redes sociales no han sufrido el mismo ataque por parte de la comunicadora.
La abogada de la periodista, Ximena Ugarte, señala que es importante resaltar, en este caso, que las expresiones de su defendida no las hizo “como periodista, sino como víctima, como cualquier otra mujer”. “Frente a un sistema de justicia que muchas veces no protege a las agredidas, sino que las revictimiza, son muchas las mujeres que han logrado la conquista social de hacer públicas sus agresiones. Pero aquí tenemos a un agresor litigando desde el otro lado del mundo, cuando las víctimas que no comparecen ante los tribunales son despojadas de todos sus derechos. Las desigualdades entre uno y otro son muy evidentes, sobre todo cuando se trata de hombres con poder”, afirma el abogado.
En la demanda interpuesta por el comunicador a la que ha tenido acceso este diario se alega que “hasta la fecha no hay una sola sentencia de ningún tribunal en México ni en el mundo que lo haya declarado culpable de algún delito, y mucho menos de alguno de de quienes han sido acusados públicamente”. No existe y probablemente no existirá, porque las denuncias penales contra Roemer están paradas por defecto. “Solo Israel, de manera amistosa, podría entregar a Roemer para continuar con sus juicios por la probable comisión de los delitos de violación sexual en México, pero creemos que eso no sucederá”. Ugarte cree que si ambos estados llegan a un acuerdo de extradición, será para traer a Tomás Zerón, oficial de seguridad en la época de Felipe Calderón, a quien se acusa de estar involucrado en la desaparición y tortura de los 43 normalistas de Ayotzinapa.”Roemer no será la prioridad, al menos en el corto plazo”, lamenta el abogado.
Mientras tanto, el comunicador de origen judío ha logrado que un juez apruebe la representación legal por parte de sus abogados acreditados vía Zoom ante notario. Con esto logró hace un tiempo hacerse con el expediente judicial de una víctima que permaneció en el anonimato y publicar su identidad completa. Un poder notarial firmado se utiliza para demandar en procedimientos civiles. Roemer tiene una docena de abogados y esta demanda, presentada en agosto de 2022, no pide una cantidad de dinero específica por el presunto daño moral, pero la abogada Ugarte entiende que expondrá la pérdida de bienes inmuebles, la retención de sus cuentas por la Unidad de Inteligencia Financiera, así como los despidos de las universidades donde laboraba, sus programas en TV Azteca y otras pérdidas derivadas del derrumbe de su imagen pública.
“Roemer quiere probar que mi defendida publicó la agresión sexual por hacerle daño y lo que estamos diciendo es que optó por expresar una situación que la afectaba como mujer y porque consideraba que ocultarlo era un peligro social para los demás”. “Probar una violación es complejo. Primero, porque algunas víctimas tardan años en hacerlo, con lo que se pierden las pruebas más determinantes, como es la inspección médica, y porque no suele haber testigos. Por eso, años de lucha lograron catalogar como evidencia la antropología social, que determina las modalidades y tipo de violencia, o el análisis del contexto, como el hecho de que hasta 60 mujeres lo hayan señalado, o la opinión psicosocial de las víctimas para detectar posibles secuelas de ese trauma. Todo eso existe, la Fiscalía de la CDMX ha incorporado muchos avances, pero también está saturada de miles de casos de agresiones sexuales”, dice la abogada Ugarte, quien considera que frenar la libertad de expresión de las víctimas por este medio civil casi siempre las perjudica frente a hombres poderosos que consideran que tienen una imagen que preservar. “No sería lo mismo si el acusado fuera un hombre que no tiene poder económico ni político”, dice.
Fue todo un movimiento de denuncia pública en el que participaron decenas de mujeres lo que puso contra las cuerdas a Roemer, que lejos de acudir a los tribunales para defender su inocencia, prefirió volar a Israel. “Si gana este juicio civil, estará poniendo en riesgo la conquista de la denuncia pública de las mujeres víctimas, por eso creo que el juez que lleva el caso tiene una buena oportunidad para demostrar que la violencia contra la mujer que sacude a diario a este país No es un asunto privado, sino de orden público y sienta un precedente en esta lucha al no permitir la impunidad por la vía civil a una persona que no impide que sea juzgada por la vía penal”, dice Ugarte. Y agrega: “ En México, la violencia contra la mujer es considerada un asunto de orden público, como lo demuestran los convenios internacionales que ha suscrito”.
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