Un cuerpo con 12 impactos de bala y la cabeza destrozada, otro con 10 y la espalda y las piernas destrozadas, otro con un solo tiro en la sien… Estos son parte de los resultados de las autopsias a los cuerpos de los cinco jóvenes. personas asesinadas a manos de militares, el pasado fin de semana en Nuevo Laredo, en el Estado de Tamaulipas. Los estudios muestran que las víctimas, todas de entre 20 y 25 años, sufrieron un total de 30 heridas de bala. Los soldados dispararon en total más de 60 veces.
Elaborado por peritos de la Fiscalía General de Justicia de Tamaulipas entre el 26 y 27 de febrero, el informe, del que EL PAÍS tiene copia, ilustra la intensidad y precisión de las balas militares, abriendo aún más incógnitas sobre la actuación de los militares, que en Además de dejar cinco muertos, envió a un sexto niño al hospital. Hasta este miércoles, el joven seguía en coma inducido. Un séptimo niño sobrevivió. Las balas también impactaron en una casa cercana a la masacre, en la fachada y cuartos interiores, donde vive un matrimonio mayor, su nieto, su esposa y sus hijos de dos y cuatro años. Ninguna de estas personas sufrió heridas.
El ataque se produjo en la madrugada del domingo, cuando los jóvenes, siete en total, regresaban en la camioneta de uno de ellos de pasar la noche en una discoteca. Pasadas las 4:00 am, los militares comenzaron a seguir a los muchachos, según informó la Secretaría de la Defensa (Sedena). En un comunicado, la dependencia explicó que un convoy militar que se encontraba en la zona vio la camioneta justo después de escuchar disparos en las inmediaciones. Los militares siguieron al vehículo hasta que chocó con otro, en la colonia Cavazos Lerma. Fue entonces cuando empezaron a disparar.
El Ejército también asegura que los muchachos aceleraron su marcha al ver los vehículos militares, pero el séptimo pasajero del camión, Alejandro Pérez Benítez, el único de los muchachos que resultó ileso, ha explicado estos días que continuaban con su negocio, conduciendo , que se detuvieron al darse cuenta de que los seguían y que eran los soldados quienes chocaron con ellos, antes de comenzar a disparar. Sea como fuere, lo único seguro es que los muchachos no portaban armas ni cartuchos en la camioneta. Así lo narró el militar que firmó el informe de lo sucedido, documento que consta en el expediente, en poder de la Fiscalía General de la República (FGR).
No está muy claro cómo y desde qué puntos dispararon los soldados. Se sabe que eran cuatro en total, según el relato del oficial que firmó el informe, capitán de caballería. Según su mando, sus hombres dispararon sin su autorización y les pidió que se detuvieran de inmediato, vía radio. Ni el oficial ni la Sedena han dado detalles de los disparos, pero las autopsias sugieren múltiples posiciones de los soldados: los cuerpos presentan heridas de bala en la frente, espalda y costado.
Tampoco está claro qué sucedió después de la primera ráfaga de disparos. El superviviente Benítez ha explicado estos días que tras los primeros disparos, al menos uno de los soldados disparó dos veces contra el joven que ahora está en coma en el hospital. Pérez también dice que mientras los militares lo tenían sometido, con el pecho en el suelo, escuchó al menos dos disparos más. El joven no sabe si iban dirigidas contra alguno de sus amigos.
Sangrado hasta la muerte, ahogado en sangre
Las autopsias arrojan que los dos cuerpos más dañados por las balas fueron los del conductor y su copiloto, quienes sufrieron 12 y 10 impactos de bala respectivamente. Este aspecto es extraño, considerando el comunicado emitido por la Sedena el martes, que sugiere que los militares dispararon por la espalda a la camioneta de los muchachos, cuando la persecución finalizaba. Por otro lado, el informe que el oficial al mando de los soldados rindió a la FGR tampoco menciona disparos de frente. Solo dice que las camionetas militares “se emparejaron” con la camioneta de los muchachos y luego escuchó disparos de sus hombres.
Las otras tres víctimas estaban en la parte trasera del camión. Uno recibió cinco impactos, otro dos y el tercero. No se sabe cuántas balas alcanzaron al niño que se encuentra en el hospital. De los tres por la espalda, uno recibió un solo tiro en la sien. La bala entró por el lado izquierdo de la cabeza y salió por la “parte posterior del cráneo”, según narra el perito.
De los dos que iban delante, el conductor fue el que más heridos sufrió. En la fotografía del rostro que acompaña al informe forense, el cráneo muestra un enorme agujero, justo encima del ojo izquierdo, que llega hasta el nacimiento del cabello y se prolonga hasta el final de la ceja. La bala que le produjo esa herida entró por la sien izquierda. El niño también recibió disparos en el cuello, el pecho, el hombro izquierdo, los brazos, la rodilla izquierda…
El copiloto también estaba mal. No recibió un disparo en la cabeza, pero sufrió múltiples heridas en el pecho, los brazos, el abdomen y ambas piernas. Algunas de las balas entraron por delante y otras por detrás. El perito escribe en su informe que el joven falleció por un “hemotórax secundario a perforación pulmonar” por los disparos recibidos. Sus pulmones se inundaron de sangre.
De los tres chicos que iban por la espalda, llama la atención las heridas de uno de ellos, que recibió apenas dos impactos de bala, uno en el glúteo, que el perito califica como “cavidad pélvica”, y otro en el antebrazo izquierdo. El perito escribe en sus conclusiones que el joven murió por “choque hipovolémico provocado por una lesión de la arteria lumbar”, como consecuencia del impacto de bala en la cavidad pélvica. En otras palabras, el niño se desangró hasta morir.
Esto es importante, porque una de las protestas estos días del niño sobreviviente, Alejandro Pérez, y el Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo, que ha seguido el caso desde el principio, es que los militares mantuvieron allí a los niños durante horas antes de pedir ayuda. . En el informe que entregó a la FGR, el comandante señala que la ambulancia que transportaba al niño lesionado llegó antes de las 5:20. El oficial no habla de la víctima en el párrafo anterior.
De los otros dos, que también iban por la espalda, uno fue el que recibió un balazo en la sien. El otro sufrió cinco impactos, cuatro de los cinco en la espalda. Según el relato del perito, las balas salieron por un costado, como si el agresor no hubiera disparado directamente por la espalda, sino por un costado. Según el especialista, este joven murió a causa de la herida que sufrió en el tórax. Su cuerpo fue el único del que los peritos rescataron una de las balas disparadas.
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