Era cuestión de tiempo que las autoridades capitalinas se rindieran. O las ramas, en este caso. Tras meses de espera a que el ahuehuete plantado en el Paseo de la Reforma de Ciudad de México volviera a llenarse de cogollos tras perder su follaje verde, este jueves la secretaria de Medio Ambiente de la capital, Marina Robles, ha tirado la toalla y ha informado que el árbol finalmente será reemplazado por otro de la misma especie, de un lote de 124 ahuehuetes que fueron trasladados desde Montemorelos, Nuevo León, y que están resguardados en el vivero Nezahualcóyotl, en Xochimilco, ese jardín capitalino que abastece de plantas y alimentos a los habitantes de la ciudad.
La decisión cierra meses de una verdadera guerra política entre los opositores a la jefa de Gobierno de la ciudad, la morenista Claudia Sheinbaum Pardo, quien había decretado el paso a la inmortalidad del famoso árbol capitalino, y las autoridades locales, atrincheradas en la esperanza de que el tiempo les daría la razón y alguna hoja verde asomaría en las ramas del ahuehuete de Reforma. En medio quedaron opiniones científicas, como la del especialista Saúl Alcántara, quien en noviembre dijo a este periódico que cualquier intento por salvar al ejemplar era una causa perdida. Pero como nadie quiere darse por vencido en la política —y menos en tiempos preelectorales— el secretario Robles ha afirmado de manera bizarra que “aunque este ahuehuete que está en la rotonda Reforma sigue vivo, nos queda claro que ese rotonda requiere un monumento natural como se pensó originalmente y queremos que el nuevo árbol en la glorieta crezca de esa manera”.
El actual árbol convaleciente o tronco fallecido —según la posición política desde donde se mire— será trasladado al mismo vivero de Xochimilco donde están sus hermanos, con la esperanza de que el regreso a una zona boscosa le dé un soplo de vida. , como un milagro bíblico. Así lo han subrayado las autoridades en un recorrido organizado para los periodistas en la mañana de este jueves en Nezahualcóyotl, donde han estado rodeados de expertos de las universidades capitalinas. El funcionario Robles ha justificado la falta de adaptación del árbol en el que sería su hogar permanente, a que poco después de plantado un ciudadano imprudente chocó contra él, además de que estaba afectado por “patógenos” o plagas Los expertos, por su parte, han señalado que hubo fallas fatales en el proceso de trasplante el pasado mes de junio. “La siembra no fue realmente exitosa porque seguramente le debieron dar en el cepellón y le entró aire a la raíz porque en la misma semana se empezó a poner amarilla”, dijo el experto Alcántara. “El ahuehuete de Paseo de Reforma está muerto, nunca resucitará”, declaró. Con su negativa a llenar de alegría a las autoridades capitalinas con brotes verdes, el occiso ahuehuete, quien tenía 20 años cuando lo desarraigaron de Nuevo León, también desvanece los más de 80 mil pesos que costó su traslado y siembra.
Se plantará otro árbol de la misma especie en el mismo lugar donde su hermano ha torcido sus ramas. El nuevo ahuehuete es un ejemplar de 12 metros y también de 20 años que, inesperadamente, volverá a ser desenterrado de la que fue durante meses su nuevo hogar para decorar una glorieta llena de tráfico en Paseo de la Reforma. Las autoridades han dicho, con suerte, que este nuevo ahuehuete ya ha tenido tiempo suficiente para adaptarse al clima de la capital, por lo que esperan que no corra la misma triste suerte que su hermano. También han dicho que le darán un plazo de seis meses para adaptarse a su nuevo destino, pero no han explicado que si fracasa este nuevo intento, que tendrá lugar a finales de mes, seguirán con otro similar. especies. Las autoridades cuentan con otros 122 ahuehuetes para garantizar que lo que hasta junio se conoció como la Glorieta de la Palma no se quede solo como una pequeña isla desierta.
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