Javier Milei está llevando a cabo una transformación significativa en las finanzas públicas argentinas. Recientemente, presentó un discurso sobre el equilibrio fiscal, destacando el logro del octavo superávit consecutivo en el país. Esta «ancla tributaria» es fundamental para recuperar la confianza del mercado, estabilizar el peso y combatir la inflación, estableciendo las bases para un crecimiento sostenible en Argentina.
Superávit fiscal y cambio de paradigma
Milei subrayó que Argentina no había registrado una secuencia tan prolongada de superávits mensuales desde 2010. En su discurso en el Congreso, explicó que el déficit fiscal ha sido un problema crónico, con el país gastando más de lo que ingresa en 113 de los últimos 123 años. Aseguró que este sería el primer año de supervisión fiscal sin caer en default.
El presidente argumentó que, para lograr un equilibrio fiscal, es crucial calcular primero los ingresos y luego ajustar los gastos. Si el déficit se presenta, se verán obligados a realizar ajustes para restaurar el equilibrio.
Resultados tangibles
En agosto, Argentina reportó un superávit fiscal primario de 899.660 millones de pesos, contrastando con el déficit del mismo mes en 2023. Este resultado es parte del severo plan de ajuste fiscal implementado por Milei, que ha llevado a una reducción significativa en los gastos de capital y transferencias a las provincias.
Hasta ahora, el país acumula un superávit primario de 8.700 millones de pesos en los primeros meses del año, en comparación con un déficit de 2.200 millones el año pasado. Esta tendencia marca un cambio notable en la gestión fiscal, con el objetivo de consolidar el equilibrio y eliminar la necesidad de emisión monetaria para financiar el gasto.
Proyecciones futuras
El Gobierno proyecta cerrar 2024 con un superávit primario equivalente al 1,5% del PIB y un saldo positivo de 1,3% para el siguiente año. Sin embargo, el ajuste fiscal ha llevado a una recesión, aunque se observan signos de recuperación.
La estrategia de Milei, centrada en el control del déficit y la mejora de la confianza pública, está comenzando a dar sus frutos. La clave será mantener el rumbo y asegurar que los ingresos sean utilizados de manera efectiva para amortizar la deuda y fomentar un crecimiento económico sostenible.
