El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha acordado este miércoles revisar la petición de Joaquín El Chapo Guzmán, exlíder del Cártel de Sinaloa y uno de los narcotraficantes más conocidos de la historia, cumplirá su condena en México. Sin embargo, el canciller Marcelo Ebrard no le dio muchos motivos de esperanza cuando dijo a la prensa que no veía muchas posibilidades. En 2016, tras fugarse dos veces de dos cárceles de máxima seguridad distintas en México, el narcotraficante fue detenido y extraditado a Estados Unidos, donde cumple cadena perpetua desde 2019. Su abogado de este lado de la frontera, José Refugio Rodríguez , envió una carta al embajador de México en Estados Unidos en la que El Chapo denuncia el mal trato que ha recibido durante los años que lleva preso allí. “Hace seis años que no ve la luz del sol”, lamentó el delincuente a través de su abogado.
El que fuera, por más de 15 años, el narcotraficante más grande de México, ha logrado llamar la atención del presidente del país. “Sí, lo revisaremos. Cuando se trata de derechos humanos, hay formas”, aseveró el mandatario en su conferencia matutina. Su pedido de extradición está ahora en manos de la Secretaría de Relaciones Exteriores, luego de que el abogado mexicano El Chapo enviar la petición a la embajada de México en los Estados Unidos. En él defiende que el criminal fue extraditado indebidamente, y que habría posibilidades de organizar su regreso al país, porque aquí “tiene un proceso penal pendiente”. El martes por la noche, Ebrard se refirió al caso en estos términos poco prometedores: “Está cumpliendo condena allí. Tiene una frase. Francamente, no le veo posibilidades, pero lo vamos a analizar”.
En la carta enviada a México y reproducida por su abogado, el criminal se queja de las condiciones en las que vive en ADAMAX, la prisión de máxima seguridad donde se encuentra recluido en Colorado. “Le pido al presidente López Obrador que intervenga, para que regrese a México y lleve mi caso a una cárcel mexicana”, dijo El Chapo en la carta a la que ha tenido acceso el periodista Ciro Gómez Leyva. “Las condiciones en las que me encuentro son degradantes, infames e inhumanas”, continúa la carta. El delincuente dice que añora el sol: “En los últimos 6 años que llevo preso nunca me han sacado de la celda para tomar el sol, ni un minuto”. También cuenta que apenas le permiten hablar con su abogado o su familia, y que, aparte de la pésima comida que le dan, solo sale de su celda para acceder a un espacio “de dos metros de ancho por dos coma cinco de largo”. , pero el sol no pega”.
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