La inflación general en México experimentó una reducción en junio, situándose en una tasa anual del 4.32%, ofreciendo un alivio en comparación con los niveles más altos de meses pasados. Este fenómeno se debe, parcialmente, a una disminución en la presión de los precios de productos agrícolas y energéticos, además de una relativa estabilidad en ciertos bienes y servicios que componen el índice subyacente.
El dato fue revelado por el organismo nacional encargado de la medición de los indicadores económicos, el cual también reportó que, en términos mensuales, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) presentó un incremento de 0.38%. Aunque se mantiene por encima del objetivo puntual del banco central, que es del 3%, la desaceleración observada genera expectativas más favorables para el segundo semestre del año.
Dentro del indicador base, que no considera productos de alta volatilidad como los energéticos y los alimentos frescos, la inflación anual registró un 4.17%. Este grupo, visto como crucial para entender la evolución fundamental de los precios, presentó una variación mensual del 0.22%. Por categoría, los precios de las mercancías subieron un 3.77% anual, mientras que los de los servicios incrementaron un 4.63%.
En cuanto al índice no subyacente, que sí incluye los productos más volátiles, la variación anual fue de 4.73%, con un incremento mensual de 0.89%. En este grupo destacaron las alzas en productos agropecuarios, cuyo aumento anual fue de 7.71%, impulsado principalmente por frutas y verduras. Los precios de los energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno, por su parte, se mantuvieron relativamente estables.
La evolución de la inflación en el mes estudiado afianza la idea de que el aumento de precios podría estar perdiendo fuerza. No obstante, existen riesgos internos y externos que podrían complicar un ajuste más rápido. Algunas de las cuestiones que aún causan preocupación incluyen la inestabilidad en los mercados de materias primas, los impactos del clima en la producción agrícola y las continuas tensiones geopolíticas que influyen en los precios internacionales del petróleo.
En este contexto, las decisiones de política monetaria del banco central seguirán siendo fundamentales. La autoridad monetaria ha mantenido la tasa de interés de referencia en niveles restrictivos para contener la inflación, y el nuevo dato podría abrir espacio para un ajuste gradual en las próximas reuniones. Sin embargo, los analistas coinciden en que cualquier cambio deberá estar respaldado por una tendencia clara de desaceleración sostenida.
Desde el ámbito empresarial y financiero, la noticia fue recibida con cautela, aunque se reconoce que la moderación de la inflación mejora el panorama para la planeación de costos, precios y salarios. El consumo interno, que ha sido uno de los motores de la economía nacional, podría verse beneficiado si el poder adquisitivo de los hogares se estabiliza ante un entorno de precios más controlado.
Los especialistas también señalan que, aunque se observan avances, el ritmo de desaceleración es desigual entre sectores. Algunos bienes y servicios, como los alimentos procesados, los servicios médicos y la educación, aún muestran resistencias a la baja, lo que refleja que la inflación sigue siendo una preocupación en ciertos rubros de la canasta básica.
El gobierno ha subrayado que continuará aplicando medidas de apoyo para contener los precios de productos esenciales, como programas de subsidios energéticos y acuerdos con productores para mantener precios estables en alimentos clave. Estas acciones complementan la labor del banco central y buscan proteger el poder de compra de las familias, especialmente en los sectores más vulnerables.
Al finalizar junio, México mostró un incremento anual de los precios del 4.32%, lo que indica un avance hacia una estabilidad económica, aunque el contexto requiere cautela y una sincronización efectiva entre las políticas fiscales, monetarias y sociales. Los siguientes meses serán cruciales para reforzar esta dirección y establecer los cimientos de un entorno económico más estable.
